Mi camino en el tema de Desarrollo de Empresas de base tecnológica comienza cuando el Ing. Somoza, Rector de la UNCuyo, me encarga la Coordinación de un espacio nuevo en esta Universidad: el Área de Vinculación Universitaria, en el 2004. Dentro de este, la promoción y apoyo del desarrollo emprendedor, sobre todo de empresas de base tecnológica, era un eje primordial. Cuando terminó nuestra gestión era un espacio consolidado, con presencia respetada en el ámbito de las Universidades Nacionales.
En realidad, originalmente soy Profesor y Licenciado en Literatura, por la F. F. y Letras de la UNCuyo, en la que trabajé como Docente e Investigador, hasta que, razones políticas, me cesantearon en 1975, luego fui Profesor de enseñanza secundaria por treinta y cinco años en Lengua, Latín y Literatura. Me interesé por la llamada por entonces Informática Educativa (hoy hablamos de Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación (NTICs) en Educación como conferencista y desarrollador de aplicaciones educativas.
La creación del espacio de Vinculación, desde los espacios de trabajo como el de la Incubadora Empresas, el armado del equipo, incluyendo la definición de los objetivos del Área, sus estrategias, su instalación como un espacio universitario nuevo, distinto pero complementario de la Docencia, Investigación y de la Extensión, fue una tarea ardua, pero fascinante a la que dediqué –junto con un grupo de personas de excelencia, tanto en lo técnico como en lo personal- diez años de mi vida. Fue una etapa riquísima, en más de un sentido, y considero que exitosa, a la luz de que gran parte de la gente, y aun sectores de trabajo, siguen funcionando dentro de una propuesta con variantes, pero con una intención de Vinculación Tecnológica.
También podemos contar, dentro de los resultados favorables, con varias empresas que nacieron en procesos de Incubación directa o sui generis. Es el caso de Colbo, BioSano y Energe, entre otras.
Enfrentado al mundo del desarrollo emprendedor innovador y de base tecnológica, sentí lo mismo que cuando comencé con la labor docente y usos docentes de las TICs: estar frente a una labor esperanzada, trabajar con jóvenes, o no tanto, llenos de ideas y sueños, con solo una idea proyecto en sus mochilas, estar haciendo lo que me enseño mi maestro: ayudar al otro a que sea mejor.
Aprendí, compartí, me preocupé, y cuando terminó la etapa, sentí la satisfacción de la labor cumplida, y me propuse seguir en esta actividad desde lo personal.
Hoy comienzo una nueva etapa de este proyecto: desarrollar espacios de comunicación y trabajo, virtuales y presenciales, para ponerme en contacto con nuevas ideas y proyectos emprendedores, y colaborar con su inicio, implementación y desarrollo.
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