Este es un tema muy interesante. Cuando estuve a cargo del Área de Vinculación de la UNCuyo, empezamos a trabajar en ese formato.
Definición: La mentoría es una relación de desarrollo personal en la cual una persona más experimentada o con mayor conocimiento ayuda a otra menos experimentada o con menor conocimiento. La persona que recibe la mentoría ha sido llamada tradicionalmente como protegido, discípulo o aprendiz.
Por supuesto, hablamos de esto porque seguimos insistiendo en que hay que acompañar los proyectos emprendedores, y la mentoría es una manera eficaz de hacerlo.
Hay un término que está muy cercano al de mentoría: el de coaching, (un anglicismo que procede del verbo inglés to coach, “entrenar”) es un método que consiste en acompañar, instruir o entrenar a una persona o a un grupo de ellas, con el objetivo de conseguir cumplir metas o desarrollar habilidades específicas. Hoy, esta metodología está de moda, es muy cool, para decirlo con términos coloquiales, pero me parece que, cualitativamente, es más interesante el de mentoría, una relación de ayuda que existe entre un mentor que, gracias a su experiencia, es un experto que puede enriquecer al alumno (persona que recibe la ayuda) con sus consejos y orientaciones prácticas, inclusive tiene mayor extensión en el tiempo que el coaching.
“Lo primero que diría es que los mentores son importantes y necesarios, no sólo para el lanzamiento y desarrollo de una startup, sino para cualquier persona que quiera avanzar, llegar lejos y lograr algo grande en la vida. Hay algo que se repite sistemáticamente cuando uno analiza personas de éxito, y es que en algún punto del camino, de manera más o menos formal o informal, ha aparecido algún mentor en su vida. Un mentor es aquella persona con experiencia que ya ha recorrido aquel camino que a nosotros también nos gustaría vivir y con el que tener éxito: a la hora de invertir, crear empresas, liderar, negociar, hablar en público o vender. Es cierto que no existen dos personas iguales, ni dos momentos iguales, ni dos trayectorias iguales, pero sí hay principios que se repiten con independencia de las coordenadas de espacio y tiempo. Por lo tanto, son personas muy apetecibles para tenerlas cerca.” (Francisco Alcaide Hernández)
Por mi condición de docente, me siento mucho más cerca del mentor, así me gustaba trabajar con mis alumnos: acompañarlos, seguir sus actividades para ayudarlos a corregir errores, y aprovechar aciertos para mejorar sus aprendizajes. Inclusive, gracias a eso, tengo muchos amigos actuales entre esos esos ex alumnos.
Está demostrado científicamente que las personas nos sentimos más seguras y confiamos más en nosotros mismos —nos atrevemos más— cuando hay alguien que nos alienta a dar el salto.
Esto vale totalmente para los emprendedores. Un buen mentor es un factor acelerador para la consecución del éxito y son necesarios en cualquier faceta de nuestra vida en la que queramos mejorar: salud, dinero, relaciones, management, emprendimientos…
Así seguiré trabajando con los proyectos emprendedores que me toque apoyar.
Un consejo final para los que estén pensando en desarrollar un proyecto emprendedor: busque un mentor que los acompañe, si la elección es buena, tendrán más posibilidades de éxito.
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