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https://www.emprenderalia.com/la-autogestion-a-la-hora-de-emprender/

Emprender es una actividad apasionante, y requiere de la participación de muchas habilidades: diseño, producción, márketing, gestión financiera, logística… Sin duda, son todas habilidades imprescindibles para llegar a buen puerto en un emprendimiento. A veces contamos con una persona en el equipo que domina varias de ellas, aunque casi siempre suele haber un experto especializado en cada una.

Sin embargo, hay una habilidad que nos compete a todos por igual, y que raramente se reconoce como tal, independientemente de en qué área trabajemos. Me refiero a la habilidad de auto gestionarnos, de trabajar productivamente a nivel individual.

¿Pero eso de la productividad no tiene que ver con producción, las maquinarias y las cadenas de montaje? Efectivamente, la productividad es un concepto que surgió en los comienzos de la era industrial, cuando el objetivo que perseguía cualquier empresa que fabricaba algo –en aquel entonces casi todas– era fabricar mucho y fabricarlo rápidamente. Ese concepto se ha trasladado casi sin cambios a lo largo de los años, y todavía hoy sigue en la mente de muchos trabajadores.

Somos trabajadores del conocimiento

El problema es que el tipo de trabajo ha cambiado radicalmente en las últimas décadas. Hablar de trabajo hoy tiene connotaciones muy distintas a hace tan sólo 20 años. En particular, la especie de trabajadores que tenía un horario fijo, y cuyo trabajo estaba claramente definido, prácticamente ha desaparecido –salvo en las fábricas. Actualmente, casi todos somos lo que Peter Drucker denominaba trabajadores del conocimiento.

Las tareas ya no están definidas, y en la mayoría de los casos ya ni hay horarios fijos. Somos responsables de obtener unos resultados determinados, pero nadie nos dice qué ni cómo tenemos que hacerlo. Somos dueños de nuestro trabajo, y más importante todavía, dueños de nuestro tiempo. Además, se espera que seamos creativos, y nuestras familias nos exigen mantener un equilibrio entre lo profesional y lo personal.

Trabajamos en multitud de contextos a lo largo de la jornada, contextos que además son incompatibles –lo que podemos hacer en la oficina, no lo podemos hacer cuando estamos visitando clientes en la calle. Por otra parte, alternamos momentos llenos de energía como para acometer cualquier tarea complicada, con momentos en que no podemos ni pensar en cómo cambiar el canal de la televisión. También debemos ser capaces de aprovechar los «tiempos muertos» –antes de que salga un vuelo, o de entrar a una reunión. Y por si eso fuera poco, las interrupciones y los cambios de planes impuestos por las circunstancias son el pan nuestro de cada día.

Claramente trabajar con métodos de gestión del tiempo clásicos, que sólo tienen en cuenta las prioridades de las tareas e intentan que planeemos por adelantado lo que vamos a hacer cada hora de cada día, ya no funcionan.

El lugar o las herramientas que tenemos a mano, nuestro nivel de energía mental y física, el tiempo que tenemos disponible en cada momento…, son también criterios que debemos tener en cuenta a la hora de tomar la mejor decisión posible de qué es lo próximo que tenemos que hacer. Paradójicamente, somos dueños de nuestro tiempo, pero la necesidad de «gestionar el tiempo» ha desaparecido. Ahora debemos aprender a gestionarnos a nosotros mismos.

El nuevo paradigma del trabajo

Así pues, un nuevo paradigma, llamado autogestión, ha surgido casi en silencio, pero con toda la fuerza. Al igual que ya nadie se plantea si debe aprender inglés o mejorar su habilidad con la informática, nadie debería plantearse ya si debe aprender productividad personal –otra forma de llamar a la «autogestión». Debe, y además es urgente que lo haga.

El problema es que todavía hay muchos emprendedores –no hablemos ya de asalariados –, que ignoran esta necesidad. Se pasan las semanas atónitos, estresados, frustrados y confusos antes una avalancha de responsabilidades que no saben cómo manejar. Existe una mejor forma de trabajar que puede eliminar de un plumazo el estrés y hacerlos conseguir sus metas fácilmente, pero no se han dado cuenta todavía.

El gran reto, especialmente para quien se propone un nuevo emprendimiento, es el de asegurarse de que ellos mismos y su gente comprenden este nuevo paradigma, y lo adopten lo antes posible. Otros emprendedores ya están empezando a hacerlo. Y al igual que quedarse fuera de lo «dospuntocero», puede suponer un serio hándicap para cualquier idea de negocio, ignorar la necesidad de trabajar de manera auto gestionada, aplicando las técnicas y herramientas de la productividad personal a todos los niveles, puede lastrar seriamente nuestra empresa.

Y tú, ¿ya te has dado cuenta de este nuevo paradigma? ¿Trabajas de manera auto gestionada?